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Domiciliarios del IDIPRON no solo llevan comida
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Seis almuerzos y una ruta que le toma más de una hora para cubrir a pie, hacen parte de la planificación diaria de entrega de almuerzos a domicilio para los adultos mayores de Bosa, aquellos que, por su edad o por alguna enfermedad, no pueden ir por sus propios medios al comedor comunitario El Porvenir de esta zona de Bogotá. Son los domiciliarios del IDIPRON que cumplen su trabajo con cariño y entrega.
Caminan de lunes a sábado por las calles de la ciudad, entre 3 y 6 kilómetros, con los almuerzos que garantizarán el derecho a la alimentación de los ciudadanos mayores.
Sebastián, un beneficiario del IDIPRON, llegó hace varios años para apoyar este trabajo y para hacer parte del grupo de domiciliarios que entregan diariamente el “pan diario” a miles de adultos mayores en una misión que cumplen con especial afecto y sabiduría.
Conocen a cada uno de los integrantes de su ruta, usuarios del comedor El Porvenir, sus nombres, sus vidas y sus enfermedades. Cada que llegan a sus destinos saben que hay un ser humano esperándolos, al que saludan por su nombre.
“Nosotros llamamos a las personas y les preguntamos si pueden venir al comedor, ya sea por enfermedad o por la situación de la pandemia, y le damos prelación para llevarles la alimentación a los más mayores”, explica Sebastián
La vida diaria de Sebastián inicia muy temprano. Sale de su casa en Soacha y después de transitar en SITP llega al comedor, hacia las 7 de la mañana, donde prepara las entregas del día. Allí se alista para iniciar la jornada, viste su overol y sale a cumplir la ruta que toma entre una hora y hora y media.
“Le estamos dando un pedacito de nosotros a las personas que lo necesiten”, asegura Sebastián.
Ana Bertilde, es una de las beneficiarias del servicio a domicilio del comedor comunitario de Integración Social. Hasta su casa, la más alejada de las instalaciones del comedor de Bosa, llegamos para entregarle su almuerzo. Cada kit consta de tres portacomidas, uno para la sopa, otro para el seco y el otro para la ensalada, una postrera y un tarrito para el jugo.
“El almuerzo en muy rico, delicioso, cada persona que almuerza en el comedor nos dice que es muy rico y eso nos llena mucho”, explica.
Y es que nuestros beneficiarios se capacitan en muchos campos. Los jóvenes auxiliares administrativos del IDIPRON apoyan la gestión de archivo, ayudan a organizar las historias sociales, las hojas de control y apoyan el registro de los participantes.
Los auxiliares de carga en el convenio de comedores con Integración, ayudan en el Economato del IDIPRON en toda la gestión logística para la entrega de insumos en comedores, mientras que los auxiliares de cocina están apoyando el tema de preparación de alimentos y apoyan el servicio dentro de las diversas cocinas de las unidades del IDIPRON.
En el comedor de Bosa y en todos los demás de la ciudad, hay una base de datos en la que se sabe quiénes fallan. Inmediatamente se llama a las personas que no se presentan para conocer la razón de su ausencia.
Mauricio Vargas es el coordinador del convenio del IDIPRON con la Secretaría de Integración Social.
“Este convenio lleva varios años y su objetivo es que nuestros chicos entreguen el auxilio alimentario a 2770 personas, en 6 comedores, en 5 localidades de Bogotá”, precisa.
Son 38 jóvenes que se desempeñan en roles como auxiliares administrativos, auxiliares de carga, auxiliares de cocina, los cuales se escogen desde las Unidades de Protección Integral del IDIPRON se envían perfilados y la líder social del convenio les hace la entrevista y de ahí se escogen los más aptos para este proceso.
“Estos muchachos han aprendido que atender población vulnerable es algo primordial y más, en este momento de pandemia. Ellos son muy cercanos y se les inculca ese respeto y esa simpatía por las personas que atendemos”
“Ellos se quedan con el IDIPRON un año en el proceso de formación, pero en el caso de los 100 muchachos que están trabajando con fundaciones, que es el otro espacio que se generó entre Integración Social e IDIPRON, ya depende del desempeño de cada uno el tiempo que se queden”, puntualizó.
Seis almuerzos y una ruta que le toma más de una hora para cubrir a pie, hacen parte de la planificación diaria de entrega de almuerzos a domicilio para los adultos mayores de Bosa, aquellos que, por su edad o por alguna enfermedad, no pueden ir por sus propios medios al comedor comunitario El Porvenir de esta zona de Bogotá. Son los domiciliarios del IDIPRON que cumplen su trabajo con cariño y entrega.
Caminan de lunes a sábado por las calles de la ciudad, entre 3 y 6 kilómetros, con los almuerzos que garantizarán el derecho a la alimentación de los ciudadanos mayores.
Sebastián, un beneficiario del IDIPRON, llegó hace varios años para apoyar este trabajo y para hacer parte del grupo de domiciliarios que entregan diariamente el “pan diario” a miles de adultos mayores en una misión que cumplen con especial afecto y sabiduría.
Conocen a cada uno de los integrantes de su ruta, usuarios del comedor El Porvenir, sus nombres, sus vidas y sus enfermedades. Cada que llegan a sus destinos saben que hay un ser humano esperándolos, al que saludan por su nombre.
“Nosotros llamamos a las personas y les preguntamos si pueden venir al comedor, ya sea por enfermedad o por la situación de la pandemia, y le damos prelación para llevarles la alimentación a los más mayores”, explica Sebastián
La vida diaria de Sebastián inicia muy temprano. Sale de su casa en Soacha y después de transitar en SITP llega al comedor, hacia las 7 de la mañana, donde prepara las entregas del día. Allí se alista para iniciar la jornada, viste su overol y sale a cumplir la ruta que toma entre una hora y hora y media.
“Le estamos dando un pedacito de nosotros a las personas que lo necesiten”, asegura Sebastián.
Ana Bertilde, es una de las beneficiarias del servicio a domicilio del comedor comunitario de Integración Social. Hasta su casa, la más alejada de las instalaciones del comedor de Bosa, llegamos para entregarle su almuerzo. Cada kit consta de tres portacomidas, uno para la sopa, otro para el seco y el otro para la ensalada, una postrera y un tarrito para el jugo.
“El almuerzo en muy rico, delicioso, cada persona que almuerza en el comedor nos dice que es muy rico y eso nos llena mucho”, explica.
Y es que nuestros beneficiarios se capacitan en muchos campos. Los jóvenes auxiliares administrativos del IDIPRON apoyan la gestión de archivo, ayudan a organizar las historias sociales, las hojas de control y apoyan el registro de los participantes.
Los auxiliares de carga en el convenio de comedores con Integración, ayudan en el Economato del IDIPRON en toda la gestión logística para la entrega de insumos en comedores, mientras que los auxiliares de cocina están apoyando el tema de preparación de alimentos y apoyan el servicio dentro de las diversas cocinas de las unidades del IDIPRON.
En el comedor de Bosa y en todos los demás de la ciudad, hay una base de datos en la que se sabe quiénes fallan. Inmediatamente se llama a las personas que no se presentan para conocer la razón de su ausencia.
Mauricio Vargas es el coordinador del convenio del IDIPRON con la Secretaría de Integración Social.
“Este convenio lleva varios años y su objetivo es que nuestros chicos entreguen el auxilio alimentario a 2770 personas, en 6 comedores, en 5 localidades de Bogotá”, precisa.
Son 38 jóvenes que se desempeñan en roles como auxiliares administrativos, auxiliares de carga, auxiliares de cocina, los cuales se escogen desde las Unidades de Protección Integral del IDIPRON se envían perfilados y la líder social del convenio les hace la entrevista y de ahí se escogen los más aptos para este proceso.
“Estos muchachos han aprendido que atender población vulnerable es algo primordial y más, en este momento de pandemia. Ellos son muy cercanos y se les inculca ese respeto y esa simpatía por las personas que atendemos”
“Ellos se quedan con el IDIPRON un año en el proceso de formación, pero en el caso de los 100 muchachos que están trabajando con fundaciones, que es el otro espacio que se generó entre Integración Social e IDIPRON, ya depende del desempeño de cada uno el tiempo que se queden”, puntualizó.
Seis almuerzos y una ruta que le toma más de una hora para cubrir a pie, hacen parte de la planificación diaria de entrega de almuerzos a domicilio para los adultos mayores de Bosa, aquellos que, por su edad o por alguna enfermedad, no pueden ir por sus propios medios al comedor comunitario El Porvenir de esta zona de Bogotá. Son los domiciliarios del IDIPRON que cumplen su trabajo con cariño y entrega.
Caminan de lunes a sábado por las calles de la ciudad, entre 3 y 6 kilómetros, con los almuerzos que garantizarán el derecho a la alimentación de los ciudadanos mayores.
Sebastián, un beneficiario del IDIPRON, llegó hace varios años para apoyar este trabajo y para hacer parte del grupo de domiciliarios que entregan diariamente el “pan diario” a miles de adultos mayores en una misión que cumplen con especial afecto y sabiduría.
Conocen a cada uno de los integrantes de su ruta, usuarios del comedor El Porvenir, sus nombres, sus vidas y sus enfermedades. Cada que llegan a sus destinos saben que hay un ser humano esperándolos, al que saludan por su nombre.
“Nosotros llamamos a las personas y les preguntamos si pueden venir al comedor, ya sea por enfermedad o por la situación de la pandemia, y le damos prelación para llevarles la alimentación a los más mayores”, explica Sebastián
La vida diaria de Sebastián inicia muy temprano. Sale de su casa en Soacha y después de transitar en SITP llega al comedor, hacia las 7 de la mañana, donde prepara las entregas del día. Allí se alista para iniciar la jornada, viste su overol y sale a cumplir la ruta que toma entre una hora y hora y media.
“Le estamos dando un pedacito de nosotros a las personas que lo necesiten”, asegura Sebastián.
Ana Bertilde, es una de las beneficiarias del servicio a domicilio del comedor comunitario de Integración Social. Hasta su casa, la más alejada de las instalaciones del comedor de Bosa, llegamos para entregarle su almuerzo. Cada kit consta de tres portacomidas, uno para la sopa, otro para el seco y el otro para la ensalada, una postrera y un tarrito para el jugo.
“El almuerzo en muy rico, delicioso, cada persona que almuerza en el comedor nos dice que es muy rico y eso nos llena mucho”, explica.
Y es que nuestros beneficiarios se capacitan en muchos campos. Los jóvenes auxiliares administrativos del IDIPRON apoyan la gestión de archivo, ayudan a organizar las historias sociales, las hojas de control y apoyan el registro de los participantes.
Los auxiliares de carga en el convenio de comedores con Integración, ayudan en el Economato del IDIPRON en toda la gestión logística para la entrega de insumos en comedores, mientras que los auxiliares de cocina están apoyando el tema de preparación de alimentos y apoyan el servicio dentro de las diversas cocinas de las unidades del IDIPRON.
En el comedor de Bosa y en todos los demás de la ciudad, hay una base de datos en la que se sabe quiénes fallan. Inmediatamente se llama a las personas que no se presentan para conocer la razón de su ausencia.
Mauricio Vargas es el coordinador del convenio del IDIPRON con la Secretaría de Integración Social.
“Este convenio lleva varios años y su objetivo es que nuestros chicos entreguen el auxilio alimentario a 2770 personas, en 6 comedores, en 5 localidades de Bogotá”, precisa.
Son 38 jóvenes que se desempeñan en roles como auxiliares administrativos, auxiliares de carga, auxiliares de cocina, los cuales se escogen desde las Unidades de Protección Integral del IDIPRON se envían perfilados y la líder social del convenio les hace la entrevista y de ahí se escogen los más aptos para este proceso.
“Estos muchachos han aprendido que atender población vulnerable es algo primordial y más, en este momento de pandemia. Ellos son muy cercanos y se les inculca ese respeto y esa simpatía por las personas que atendemos”
“Ellos se quedan con el IDIPRON un año en el proceso de formación, pero en el caso de los 100 muchachos que están trabajando con fundaciones, que es el otro espacio que se generó entre Integración Social e IDIPRON, ya depende del desempeño de cada uno el tiempo que se queden”, puntualizó.
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