Inicio/Oriana y sus recetas han cambiado la vida de muchos niños y jóvenes en Bogotá.
Oriana y sus recetas han cambiado la vida de muchos niños y jóvenes en Bogotá.
Categoría:
Noticias Idipron
20 de abril de 2020
Uno de los factores más determinantes en la atención integral que brinda el IDIPRON a sus beneficiarios, es la alimentación. Y si algo tenía bien claro el Padre Javier De Nicoló, era precisamente esto; pues una taza de chocolate y un pan eran la forma más acertada para cautivar a los niños que habitaban calle, y que décadas atrás eran conocidos como “gamines”. Esta era la puerta de entrada para ganarse su confianza y convencerlos de iniciar un cambio en sus vidas.
52 años después, ya no hay gamines o niños habitando las calles de Bogotá, pero el IDIPRON sigue atendiendo a los menores en condición de vulnerabilidad y a los jóvenes habitantes de calle y en riesgo de habitarla, con un modelo pedagógico donde la alimentación y el cuidado son fundamentales.
Precisamente para garantizar la alimentación de sus beneficiarios, el IDIPRON dispone de una gran variedad de recursos humanos, financieros y tecnológicos que hacen posible que cada niño o joven, según su proceso, pueda recibir durante el día cuatro o cinco tiempos de comida que pueden ser desayuno, merienda, almuerzo, merienda y cena. Para el caso de los internados, desayuno, merienda, almuerzo y merienda en caso de los externados.
En este proceso intervienen el Economato quienes son los encargados de la compra y distribución de alimentos a cada Unidad de Protección Integral (UPI). Un equipo de nutrición es el responsable del diseño de los menús y preparación de alimentos, y los profesionales de calidad y seguridad alimentaria quienes vigilan que todo funcione sin ningún contratiempo.
En todo este proceso hay unas personas que no pueden pasar desapercibidas y que se han ganado el reconocimiento y agradecimiento de todos los beneficiarios. Son los encargados de la preparación de los alimentos en las Unidades. Las “Tías” y “Tíos” como son conocidos al interior de la entidad, gozan del cariño y afecto de todos los niños y jóvenes a quienes a diario les cocinan con todo el cariño del mundo.
Oriana Reales Mosquera, es una de las 79 Tías, entre auxiliares y jefes de cocina, que están vinculadas al IDIPRON. La historia de esta chocoana de 34 años, parecía estar ligada al instituto desde su niñez. Ella nació en el municipio de Acandí, lugar donde el IDIPRON tuvo en funcionamiento una de sus unidades más representativa fuera de la ciudad de Bogotá. “Conocí el programa en el 2004 cuando pasaba en lancha el rio para ir a venderle a las profesoras de esa época productos de revistas y algunas veces les ayudaba en la cocina”. Así inició esta historia.
Para Oriana la vida en Acandí era dura a nivel social y personal, tuvo que afrontar el embarazo de su primer hijo a los 17 años, una difícil situación que enfrentó como madre soltera, y que la llevó a contemplar la posibilidad de trabajar en IDIPRON. Fue así como después de un tiempo empezó a trabajar como interna de cocina en la UPI El Tuparro, ubicada en el departamento del Vichada. Para Oriana no fue una decisión fácil, pues significaba dejar su tierra natal; “tomé la decisión de aceptar el trabajo, era eso o seguir viviendo las duras condiciones de Acandí, no tenía nada para el viaje, un amigo me regaló una chaqueta, no tenía ni para el pasaje, empeñé un ventilador y conseguí la plata como pude”.
Oriana llegó a Bogotá un 5 de diciembre de 2006, con muy pocas cosas materiales pero cargada de sueños y con la esperanza de que su situación podría cambiar para bien. Desde ese día y hasta hoy, han pasado 14 años en los cuales se ha podido consolidar como una de las Tías más reconocidas en las UPI del Instituto.
Todos los días se levanta a las 3 de la mañana para iniciar sus labores. Actualmente presta sus servicios en la UPI La Rioja, una Casa de Cuidado donde viven hombres, mujeres y población trans. Allí se preparan todas las comidas, desde el desayuno hasta la cena.
A Oriana se le quiebra la voz cuando cuenta que la mejor recompensa que puede tener es escuchar a los chicos darle las gracias por los alimentos que prepara, “me fascina que los muchachos se peguen a la ventana de la cocina y me digan, Tía muchas gracias, pera mi eso es muy grande o salir y que le den a uno un abrazo y poderles dar una que otra palabra de aliento a los jóvenes”.
Durante este periodo de Cuarentena por la Vida, Oriana no le ha cambiado en nada la presencia de los 220 jóvenes de esta Unidad, entiende que su trabajo es esencial y aunque al comienzo tuvo un poco de miedo por el tema del contagio, tomó las medidas de protección necesarias, y se acogió a todos los protocolos internos establecidos por el Instituto.
Para Oriana estar en el IDPRON es lo mejor que le ha podido pasar en su vida, ha podido terminar su bachillerato y actualmente estudia un tecnólogo en Gastronomía, pudo consolidar una familia y está pagando su casa propia, es una apasionada y enamorada por la cocina, cree que el secreto es imprimirle ese amor a lo que hace todos los días, “más que las tías también somos como las madres de los chicos de la Unidad, los apoyamos y los aconsejamos, lo que hacemos en la casa con nuestros hijos, lo compartimos con alguien que también lo necesita”.
Oriana Reales, una heroína que salva vidas todos los días y que representa a esas esas personas, que, desde diferentes profesiones u oficios, se entregan abnegadamente por los más necesitados de Bogotá.
stdClass Object
(
[vid] => 1512
[uid] => 1
[title] => Oriana y sus recetas han cambiado la vida de muchos niños y jóvenes en Bogotá.
[log] =>
[status] => 1
[comment] => 1
[promote] => 1
[sticky] => 0
[nid] => 1512
[type] => noticias
[language] => en
[created] => 1587412441
[changed] => 1587412441
[tnid] => 0
[translate] => 0
[revision_timestamp] => 1587412441
[revision_uid] => 1
[body] => Array
(
[und] => Array
(
[0] => Array
(
[value] =>
20 de abril de 2020
Uno de los factores más determinantes en la atención integral que brinda el IDIPRON a sus beneficiarios, es la alimentación. Y si algo tenía bien claro el Padre Javier De Nicoló, era precisamente esto; pues una taza de chocolate y un pan eran la forma más acertada para cautivar a los niños que habitaban calle, y que décadas atrás eran conocidos como “gamines”. Esta era la puerta de entrada para ganarse su confianza y convencerlos de iniciar un cambio en sus vidas.
52 años después, ya no hay gamines o niños habitando las calles de Bogotá, pero el IDIPRON sigue atendiendo a los menores en condición de vulnerabilidad y a los jóvenes habitantes de calle y en riesgo de habitarla, con un modelo pedagógico donde la alimentación y el cuidado son fundamentales.
Precisamente para garantizar la alimentación de sus beneficiarios, el IDIPRON dispone de una gran variedad de recursos humanos, financieros y tecnológicos que hacen posible que cada niño o joven, según su proceso, pueda recibir durante el día cuatro o cinco tiempos de comida que pueden ser desayuno, merienda, almuerzo, merienda y cena. Para el caso de los internados, desayuno, merienda, almuerzo y merienda en caso de los externados.
En este proceso intervienen el Economato quienes son los encargados de la compra y distribución de alimentos a cada Unidad de Protección Integral (UPI). Un equipo de nutrición es el responsable del diseño de los menús y preparación de alimentos, y los profesionales de calidad y seguridad alimentaria quienes vigilan que todo funcione sin ningún contratiempo.
En todo este proceso hay unas personas que no pueden pasar desapercibidas y que se han ganado el reconocimiento y agradecimiento de todos los beneficiarios. Son los encargados de la preparación de los alimentos en las Unidades. Las “Tías” y “Tíos” como son conocidos al interior de la entidad, gozan del cariño y afecto de todos los niños y jóvenes a quienes a diario les cocinan con todo el cariño del mundo.
Oriana Reales Mosquera, es una de las 79 Tías, entre auxiliares y jefes de cocina, que están vinculadas al IDIPRON. La historia de esta chocoana de 34 años, parecía estar ligada al instituto desde su niñez. Ella nació en el municipio de Acandí, lugar donde el IDIPRON tuvo en funcionamiento una de sus unidades más representativa fuera de la ciudad de Bogotá. “Conocí el programa en el 2004 cuando pasaba en lancha el rio para ir a venderle a las profesoras de esa época productos de revistas y algunas veces les ayudaba en la cocina”. Así inició esta historia.
Para Oriana la vida en Acandí era dura a nivel social y personal, tuvo que afrontar el embarazo de su primer hijo a los 17 años, una difícil situación que enfrentó como madre soltera, y que la llevó a contemplar la posibilidad de trabajar en IDIPRON. Fue así como después de un tiempo empezó a trabajar como interna de cocina en la UPI El Tuparro, ubicada en el departamento del Vichada. Para Oriana no fue una decisión fácil, pues significaba dejar su tierra natal; “tomé la decisión de aceptar el trabajo, era eso o seguir viviendo las duras condiciones de Acandí, no tenía nada para el viaje, un amigo me regaló una chaqueta, no tenía ni para el pasaje, empeñé un ventilador y conseguí la plata como pude”.
Oriana llegó a Bogotá un 5 de diciembre de 2006, con muy pocas cosas materiales pero cargada de sueños y con la esperanza de que su situación podría cambiar para bien. Desde ese día y hasta hoy, han pasado 14 años en los cuales se ha podido consolidar como una de las Tías más reconocidas en las UPI del Instituto.
Todos los días se levanta a las 3 de la mañana para iniciar sus labores. Actualmente presta sus servicios en la UPI La Rioja, una Casa de Cuidado donde viven hombres, mujeres y población trans. Allí se preparan todas las comidas, desde el desayuno hasta la cena.
A Oriana se le quiebra la voz cuando cuenta que la mejor recompensa que puede tener es escuchar a los chicos darle las gracias por los alimentos que prepara, “me fascina que los muchachos se peguen a la ventana de la cocina y me digan, Tía muchas gracias, pera mi eso es muy grande o salir y que le den a uno un abrazo y poderles dar una que otra palabra de aliento a los jóvenes”.
Durante este periodo de Cuarentena por la Vida, Oriana no le ha cambiado en nada la presencia de los 220 jóvenes de esta Unidad, entiende que su trabajo es esencial y aunque al comienzo tuvo un poco de miedo por el tema del contagio, tomó las medidas de protección necesarias, y se acogió a todos los protocolos internos establecidos por el Instituto.
Para Oriana estar en el IDPRON es lo mejor que le ha podido pasar en su vida, ha podido terminar su bachillerato y actualmente estudia un tecnólogo en Gastronomía, pudo consolidar una familia y está pagando su casa propia, es una apasionada y enamorada por la cocina, cree que el secreto es imprimirle ese amor a lo que hace todos los días, “más que las tías también somos como las madres de los chicos de la Unidad, los apoyamos y los aconsejamos, lo que hacemos en la casa con nuestros hijos, lo compartimos con alguien que también lo necesita”.
Oriana Reales, una heroína que salva vidas todos los días y que representa a esas esas personas, que, desde diferentes profesiones u oficios, se entregan abnegadamente por los más necesitados de Bogotá.
Uno de los factores más determinantes en la atención integral que brinda el IDIPRON a sus beneficiarios, es la alimentación. Y si algo tenía bien claro el Padre Javier De Nicoló, era precisamente esto; pues una taza de chocolate y un pan eran la forma más acertada para cautivar a los niños que habitaban calle, y que décadas atrás eran conocidos como “gamines”. Esta era la puerta de entrada para ganarse su confianza y convencerlos de iniciar un cambio en sus vidas.
52 años después, ya no hay gamines o niños habitando las calles de Bogotá, pero el IDIPRON sigue atendiendo a los menores en condición de vulnerabilidad y a los jóvenes habitantes de calle y en riesgo de habitarla, con un modelo pedagógico donde la alimentación y el cuidado son fundamentales.
Precisamente para garantizar la alimentación de sus beneficiarios, el IDIPRON dispone de una gran variedad de recursos humanos, financieros y tecnológicos que hacen posible que cada niño o joven, según su proceso, pueda recibir durante el día cuatro o cinco tiempos de comida que pueden ser desayuno, merienda, almuerzo, merienda y cena. Para el caso de los internados, desayuno, merienda, almuerzo y merienda en caso de los externados.
En este proceso intervienen el Economato quienes son los encargados de la compra y distribución de alimentos a cada Unidad de Protección Integral (UPI). Un equipo de nutrición es el responsable del diseño de los menús y preparación de alimentos, y los profesionales de calidad y seguridad alimentaria quienes vigilan que todo funcione sin ningún contratiempo.
En todo este proceso hay unas personas que no pueden pasar desapercibidas y que se han ganado el reconocimiento y agradecimiento de todos los beneficiarios. Son los encargados de la preparación de los alimentos en las Unidades. Las “Tías” y “Tíos” como son conocidos al interior de la entidad, gozan del cariño y afecto de todos los niños y jóvenes a quienes a diario les cocinan con todo el cariño del mundo.
Oriana Reales Mosquera, es una de las 79 Tías, entre auxiliares y jefes de cocina, que están vinculadas al IDIPRON. La historia de esta chocoana de 34 años, parecía estar ligada al instituto desde su niñez. Ella nació en el municipio de Acandí, lugar donde el IDIPRON tuvo en funcionamiento una de sus unidades más representativa fuera de la ciudad de Bogotá. “Conocí el programa en el 2004 cuando pasaba en lancha el rio para ir a venderle a las profesoras de esa época productos de revistas y algunas veces les ayudaba en la cocina”. Así inició esta historia.
Para Oriana la vida en Acandí era dura a nivel social y personal, tuvo que afrontar el embarazo de su primer hijo a los 17 años, una difícil situación que enfrentó como madre soltera, y que la llevó a contemplar la posibilidad de trabajar en IDIPRON. Fue así como después de un tiempo empezó a trabajar como interna de cocina en la UPI El Tuparro, ubicada en el departamento del Vichada. Para Oriana no fue una decisión fácil, pues significaba dejar su tierra natal; “tomé la decisión de aceptar el trabajo, era eso o seguir viviendo las duras condiciones de Acandí, no tenía nada para el viaje, un amigo me regaló una chaqueta, no tenía ni para el pasaje, empeñé un ventilador y conseguí la plata como pude”.
Oriana llegó a Bogotá un 5 de diciembre de 2006, con muy pocas cosas materiales pero cargada de sueños y con la esperanza de que su situación podría cambiar para bien. Desde ese día y hasta hoy, han pasado 14 años en los cuales se ha podido consolidar como una de las Tías más reconocidas en las UPI del Instituto.
Todos los días se levanta a las 3 de la mañana para iniciar sus labores. Actualmente presta sus servicios en la UPI La Rioja, una Casa de Cuidado donde viven hombres, mujeres y población trans. Allí se preparan todas las comidas, desde el desayuno hasta la cena.
A Oriana se le quiebra la voz cuando cuenta que la mejor recompensa que puede tener es escuchar a los chicos darle las gracias por los alimentos que prepara, “me fascina que los muchachos se peguen a la ventana de la cocina y me digan, Tía muchas gracias, pera mi eso es muy grande o salir y que le den a uno un abrazo y poderles dar una que otra palabra de aliento a los jóvenes”.
Durante este periodo de Cuarentena por la Vida, Oriana no le ha cambiado en nada la presencia de los 220 jóvenes de esta Unidad, entiende que su trabajo es esencial y aunque al comienzo tuvo un poco de miedo por el tema del contagio, tomó las medidas de protección necesarias, y se acogió a todos los protocolos internos establecidos por el Instituto.
Para Oriana estar en el IDPRON es lo mejor que le ha podido pasar en su vida, ha podido terminar su bachillerato y actualmente estudia un tecnólogo en Gastronomía, pudo consolidar una familia y está pagando su casa propia, es una apasionada y enamorada por la cocina, cree que el secreto es imprimirle ese amor a lo que hace todos los días, “más que las tías también somos como las madres de los chicos de la Unidad, los apoyamos y los aconsejamos, lo que hacemos en la casa con nuestros hijos, lo compartimos con alguien que también lo necesita”.
Oriana Reales, una heroína que salva vidas todos los días y que representa a esas esas personas, que, desde diferentes profesiones u oficios, se entregan abnegadamente por los más necesitados de Bogotá.
Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud - IDIPRON
Dirección de Correspondencia Presencial: Carrera 27A # 63B - 07 Bogotá - Colombia
Horario de Atención para Trámites de Radicación: lunes a viernes de 8:00 A.M. a 5:00 P.M.
Correo Electrónico Correspondencia Externa: correspondencia@idipron.gov.co
Líneas de Atención al Ciudadano + 57 (601) 7956660
Correo Atención al Ciudadano: atencionciudadano@idipron.gov.co
Sede Calle 61: Calle 61 # 7 - 78 Chapinero Bogotá - Colombia. Teléfono: + 57 (601) 7956660
Horario de Atención Lunes a Viernes de 8:00 A.M. a 5:00 P.M.
Denuncias por actos de corrupción: + 57 (601) 7956660 Ext. 1125 – 1126 Notificaciones Judiciales: notificacionesjudiciales@idipron.gov.co
Horario de Atención para Trámites de Radicación Lunes a viernes de 8:00 A.M. a 5:00 P.M.